Del ruido al amor
Del ruido al amor
Siempre he tenido tantas aficiones y curiosidades que tuve que aprender a discernir prioridades para poder enfocarme y profundizar en lo que más deseaba. Ahora las sigo teniendo y, al fin, están ordenadas y escojo dónde enfocarme y que no se conviertan en ruido que me distraiga de lo que más me ha movilizado siempre: la educación, los niños, la crianza.
Este espacio nace desde el amor; de un deseo profundo de aportar y transformar situaciones, esquemas, programas personales que lejos de ayudar a construir, frenan el proceso humano de crecer, educar y expandirse. Tratando a la educación y la crianza como lo que son: un proceso de transformación personal y de acompañamiento.
Tuve claridad al quitarme las capas de limitación
Sigo siendo un alma inquieta. Ahora, además de entusiasta en muchos ámbitos, comparto el camino que he recorrido y todo lo que he aprendido en más de 30 años dedicados a la educación, la psicología, la infancia y mi propio desarrollo interior. También doy voz a esos niños y niñas que aún habitan en nosotros —aunque seamos adultos— y que deben ser escuchados.
Lo que he aprendido en este camino es que la educación y la crianza son un equilibrio entre nuestro mundo interior y lo que sucede fuera y pide ser atendido.
¿Lo descubramos juntos?
Un abrazo,
María Ángela